viernes, 30 de octubre de 2015

Europa un Modelo Social en quiebra

Lo primero, antes de meternos en profundidad expondré la definición del Modelo Social Europeo. Por lo que este modelo se trata de un proyecto en construcción, articulado en torno a la solidaridad colectiva, la equidad social y la eficiencia productiva que promueve un modelo de ciudadanía social.
La invención del Modelo Social Europeo se atribuye habitualmente al antiguo presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, quien era partidario de una visión social demócrata de una Europa unificada en un mundo globalizado. La idea básica era que el progreso económico y el progreso social debían ser considerados como objetivos de igual importancia, y que una unión económicamente exitosa debería tener una agenda explícita de política social y altos estándares sociales y laborales a escala europea.
¿Está el modelo europeo en quiebra? Mi respuesta es que sí, debido a que el modelo sufre una reorientación muy importante a partir de la ampliación al Este de la UE y la consolidación de la Europa de los 27, el frenazo a la integración política en la Carta de Niza y la posterior manifestación evidente de la renuncia a mantener en el espacio internacional una posición propia.
Empieza en 2006 con el “Libro verde para la modernización del Derecho del trabajo Europeo” que procede a definir nuevos parámetros dentro de los cuales deben moverse a un derecho laboral armonizado sobre la base de la flexiseguridad, que será asumida como una línea de cambio en 2007. A ello se le une una paralización práctica de las medidas de política social y una renuncia a avanzar a la armonización de derechos sociales en los países miembros de la UE. 
Se llevó a cabo un gran cambio en 2010, a continuación de las turbulencias financieras que originaron el endeudamiento de los Estados y elevó a alturas inalcanzables el coste de la financiación de la deuda adquirida en el saneamiento del sistema financiero que se derrumbaba a finales del año 2008.
Los embates en la zona euro y el juego de un capitalismo de casino con la deuda de los países periféricos de la UE han provocado una crisis nacional. De esta manera, se presentan como consecuencia inevitable de la crisis financiera y de endeudamiento.
A finales del 2010, se le une una tendencia hasta el momento no demasiado evidente salvo en circunstancias que se tenían por excepcionales, de los medios de comunicación, que se obstinan en mantener una opacidad muy extensa sobre las condiciones de existencia social de las poblaciones afectadas por la crisis económica y por las medias arbitradas para salir de la misma que regulan la degradación de las situaciones jurídicas y políticas de la ciudadanía social.
Como contrapeso a esta crisis de izquierda política, se ha producido un desplazamiento de la defensa actual del modelo social europeo y de la autonomía relativa de la dimensión social europea respecto al crecimiento económico en la región.

Actualmente, aunque muchos políticos dan opiniones acerca de lo que ellos creen que se debería de hacer para que el modelo europeo salga de esta quiebra, realmente no se han dado las soluciones necesarias para que ocurra, por lo que no se puede delimitar el tiempo en el que nos encontremos en esta crisis. 

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